5 errores comunes por los que no pierdes grasa
Hoy nuestros dietistas nutricionistas os traen este nuevo artículo en nuestro blog, en el que trataremos los 5 errores más comunes que se cometen y por los que no pierdes grasa corporal.
En muchas ocasiones, cuando queremos iniciar un proceso de cambio en nuestro día a día no prestamos atención a ciertos aspectos que pueden ser determinantes para lograr nuestro objetivo. Es por eso que hoy os traemos este nuevo artículo, ¡vamos a ello!
- No dar importancia a la cantidad
Es obvio que para iniciar un cambio en nuestra alimentación de cara a lograr una pérdida de grasa es necesario incidir en la selección de alimentos que incluimos en nuestro día a día, pero al igual que también es importante hacer hincapié en la cantidad de los mismos.

Aunque en ciertos grupos de alimentos como frutas o verduras no sea necesario, en otros grupos de alimentos con un gran aporte de calorías sí que es conveniente que midamos o controlemos la cantidad: aceites, frutos secos… No significa que no debamos incluir estos grupos en nuestro día a día (de hecho, son beneficiosos para nuestro organismo), pero una presencia excesiva de los mismos puede provocar que no se produzca el déficit calórico necesario para que logremos la pérdida de peso que tenemos como objetivo.
- Querer seguir la dieta “de moda”
Como comentábamos en el punto anterior, para lograr una pérdida de peso es necesario que se produzca un déficit calórico: que se ingieran menos calorías de las que gastamos. Si se cumple esta premisa, lograremos perder peso, mientras que si existe un superávit calórico, lo aumentaremos.
Cualquier dieta “de moda” que salga a la luz y que logre tener resultados cumple con esta premisa: limita la ingesta de calorías. Para que una dieta de este tipo sea saludable, es necesario que cubra los requerimientos de todas los nutrientes que nuestro organismo necesita, si no pondremos en riesgo nuestra salud.
Ni que decir tiene que dietas que se basan en consumir un solo alimento de forma repetitiva o que no tienen ninguna base científica están completamente desaconsejadas por nuestros nutricionistas, ya que pueden suponer un verdadero peligro para nuestro organismo.

Por otro lado, existen estrategias que se ponen de moda, que pueden ser completas y tienen estudios científicos respaldándolas, como por ejemplo el ayuno intermitente o la dieta cetogénica. Ambas estrategias son caminos para lograr el déficit calórico que necesitamos, pero no son ni la única opción ni necesariamente la mejor para nosotros.
¿Qué dieta debes seguir? Pues la que más se adapte a ti dependiendo de tu horario, tus gustos, tus hábitos y tus preferencias, solo así podremos hablar de una estrategia exitosa a largo plazo.
- Perfección o desastre
Por mucho que lo idealicemos, no hay un momento perfecto para empezar un cambio de hábitos: siempre habrá un evento o algún contratiempo que haga que lo que teníamos planeado no se pueda seguir a rajatabla.
Lo ideal es cambiar hábitos poco a poco, dentro de las posibilidades que tengamos. Para obtener resultados, no hace falta hacerlo todo al 100%, muchas veces vamos a ver mejoras cambiando algunas cosas de nuestro día a día.
Seguramente, en algún momento del mes tengamos alguna celebración o evento especial, por lo que conformarnos con hacer las mejores elecciones posibles en esa situación será suficiente, ya volveremos a seguir el plan establecido al día siguiente.

- Demonizar ciertos alimentos que son saludables
Es obvio que existen ciertos alimentos cuyo consumo debemos reducir (o eliminar) si queremos perder grasa o mejorar nuestra salud: bollería, dulces, refrescos azucarados, bebidas alcohólicas o ultra procesados en general suelen aportar muchas calorías y pocos nutrientes.
Pero por otro lado, demonizar ciertos alimentos como los hidratos de carbono, por ejemplo, puede ser algo contraproducente a largo plazo.
Nadie pierde o gana peso única y exclusivamente por consumir (o dejar de consumir) cierto alimento concreto, siempre hablamos de hábitos en general: una suma de todas las decisiones que hacemos durante el día o la semana.
En el caso concreto de los carbohidratos, limitar un macronutriente presente en ciertos grupos de alimentos como la fruta, la verdura o legumbres, no parece muy buena idea si queremos seguir una dieta completa y equilibrada. Además de aportarnos energía para mejorar nuestro rendimiento a la hora de hacer ejercicio físico, existen alimentos ricos en hidratos de carbono como la patata o los cereales integrales que aportan fibra y saciedad.

Conviene diferenciar entre el tipo de carbohidrato que queremos consumir: evitar azúcar añadido presente en refrescos y pasteles y optar por los que se encuentran en otros alimentos mucho más saludables y saciantes: legumbres, cereales integrales, tubérculos, frutas, verduras…
- Seguir siendo sedentario
Aunque se puedan lograr resultados de manera independiente controlando alimentación o ejercicio físico, ¿por qué renunciar a la mejora que podríamos obtener si pudiésemos abarcar ambas a la vez?
Dejar de ser sedentario no implica correr una maratón o empezar a hacer tiradas de 100 km en bicicleta; empezar a hacer ejercicio físico significa empezar a moverse en función de las capacidades de cada uno: salir a andar, empezar a entrenar fuerza…
El ejercicio físico es sinónimo de salud, y es una parte indispensable si queremos controlar el segundo componente del déficit calórico que comentábamos al principio de este artículo: el gasto de energía que realizamos día a día.
Además de darnos más margen para incrementar la ingesta de calorías, la realización de ejercicio físico hará que estimulemos el crecimiento de la masa muscular, haciendo que el peso que se pierda se haga en forma de grasa, que es lo verdaderamente importante.
Por otro lado, además del ejercicio físico como tal, conviene prestar atención también al NEAT o gasto energético diario empleado en cualquier actividad no considerada como ejercicio físico, es decir el gasto derivado de las actividades que hacemos a lo largo del día: andar, subir escaleras, estar de pie.

En definitiva, es hora de moverse del sofá o de la silla, incrementar el número de pasos y salir a hacer ejercicio para mejorar nuestra salud y alcanzar nuestro objetivo. Siempre podrás contar con uno de nuestros dietistas-nutricionistas para poder guiarte durante todo este proceso.
Esperemos que este artículo te haya ayudado a informarte sobre los fallos que normalmente se producen cuando se busca una pérdida de grasa. Si tienes cualquier duda sobre el tema o piensas que se nos ha olvidado comentar alguna cosa, estaremos encantados de poder ayudarte respondiéndote en este artículo o contactando con nosotros.