Cómo el estrés afecta a la dieta y la pérdida de peso
¿Puede el estrés afectar a la dieta de pérdida de peso?
El estrés es un problema presente en la sociedad actual sobre el que cada día se estudia más, conociéndose así las posibles consecuencias que puede tener en las dietas de pérdida de peso y nuestra salud.
Estas investigaciones nos indican que, como muchísimos aspectos de la vida, el estrés puede tener una repercusión en nuestro estado nutricional y en la composición corporal.
¿Qué es el estrés?
El estrés se puede definir como una experiencia emocional negativa acompañada de cambios bioquímicos, fisiológicos y de comportamiento.
Existen numerosos sucesos que pueden provocar estrés, relacionado con todo tipo de ámbitos (social, laboral, personal…) y afectando a gran parte de la población. Cada día se estudian más los posibles efectos que puede acarrear este estrés, entre los que destacan posibles tipos de depresión.
¿Han aumentado los casos de estrés los últimos años?
El estrés ha aumentado de forma alarmante en los últimos años en la mayoría de países del mundo.
Existen estudios que han comparado grupos de poblaciones de 1969 con los de 2005, arrojando resultados muy claros: la proporción de mujeres que a veces se sentían estresadas se duplicó del 29 al 59%, y la proporción que se sentía estresada continuamente aumentó del 6 a 15,6%.
En la encuesta sobre estrés laboral de 2013 realizada por «Harris Interactive», más del 80% de los estadounidenses con empleo informaron que estaban estresados en el trabajo, por la carga de trabajo y los bajos salarios.
Este último estudio representa un gran aumento desde una encuesta similar de 2001 donde el 35% respondió que su trabajo estaba dañando su bienestar físico o emocional.
La relación del estrés con dieta, grasa corporal y la pérdida de peso
Ya hemos visto que el estrés afecta a un porcentaje bastante alto de la población pero, ¿qué posible relación puede tener con la obesidad?
En primer lugar, hay que decir que en los últimos años ha aumentado la incidencia del estrés de manera paralela a la obesidad y a la grasa abdominal. Este hecho nos puede hace indicar que puede haber una respuesta fisiológica por la que las personas que sufren estrés sean más propensas a acumular grasa.
Existen estudios que ponen de manifiesto dos mecanismos que retroalimentan esta relación:
¿Por qué afecta el estrés en la dieta de pérdida de peso? Los “alimentos de confort”
Los estudios sobre la materia advierten que durante episodios de estrés, existe una preferencia mayor por alimentos altamente palatables (altos en calorías, azúcar o grasas). El consumo de este tipo de alimentos aumenta la ingesta energética, provocado una mayor posibilidad de aumentar la grasa abdominal y el peso del individuo.
Este hecho se explica debido a que el estrés produce una activación cerebral de las áreas de recompensa, así como un aumento del cortisol (también llamada hormona del estrés).
Estrés y una mayor acumulación de grasa abdominal
A causa del estrés, la activación prolongada del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, que provoca a su vez la liberación de cortisol u hormona del estrés, puede provocar la acumulación de grasa abdominal y visceral, así como un aumento del peso corporal.
La liberación en exceso de cortisol podría no solo influenciar esta acumulación, pudiendo llegar más allá predisponiendo al organismo a contraer males mayores como la diabetes tipo 2, la hipertensión, dislipemias u otras enfermedades cardiovasculares.

¿Existen nutrientes que pueden provocar la aparición de estrés y ayudar en la pérdida de peso?
Aunque falta más investigación para sacar conclusiones sobre este aspecto, sí que hay estudios observacionales que han relacionado déficits de ciertas vitaminas del grupo B, minerales como el calcio y el magnesio o ácidos grasos omega 3 a un mayor riesgo de sufrir estrés.
La combinación de vitaminas del grupo B y minerales como el calcio o el magnesio tuvo efectos beneficiosos contra el estrés percibido y la ansiedad en 8 estudios, así como el omega-3 demostró tener un efecto positivo contra la depresión
Por otro lado, también hay investigaciones que han demostrado que una suplementación durante 6 semanas con aceite de pescado redujo la concentración en el organismo de cortisol.
Existen investigadores que aseguran que las recomendaciones dietéticas para personas con estrés podrían estar aumentadas en ciertos nutrientes, por lo que las guías de recomendación general para población normal no servirían para estos casos, por lo que es necesario seguir investigando para conocer más sobre esta relación.
La falta de sueño, el estrés y la pérdida de peso
Como ya hablamos en este otro artículo sobre la falta de sueño y su relación con la obesidad.
El cambio hormonal que produce esta privación del sueño se traduce en un aumento del apetito, una mayor apetencia por alimentos de confort y un menor efecto saciante por parte de los alimentos.
Al igual que el estrés, la falta de sueño provoca un aumento en las concentraciones del cortisol, con todas las consecuencias que hemos visto que conlleva.
Efectos del estrés durante una dieta de pérdida de peso
Pocos estudios han evaluado el efecto del estrés en personas que siguen un plan nutricional para la pérdida de peso, pero sí que existen estudios que indican que sí que existe una relación.
Un nivel de estrés alto podría tener efectos negativos en la pérdida de peso, así como aumentar las posibilidades de abandono del plan.
Por otra parte, terapias contra el estrés resultaron en una mayor pérdida de peso que la dieta únicamente en mujeres que sufrían estrés.
Conclusión: ¿cómo el estrés afecta a la dieta?
Como hemos visto, el estrés es un problema que afecta a gran parte de la sociedad actual y que puede tener repercusiones más que preocupantes en nuestra salud.
Mejorar el estado nutricional aportando los nutrientes necesarios, así como dormir la cantidad de horas necesarias puede reducir la posibilidad de sufrir estrés y otros desórdenes mentales.
Bibliografía
Geiker, N. R. W., Astrup, A., Hjorth, M. F., Sjödin, A., Pijls, L., & Markus, C. R. (2018). Does stress influence sleep patterns, food intake, weight gain, abdominal obesity and weight loss interventions and vice versa?. Obesity Reviews, 19(1), 81-97.
Interactive, H. (2001). Attitudes in the american workplace VII. The Seventh Annual Labor Day Survey Telephone Polling for The Marlin Company by Harris Interactive.
Lissner, L., Sjöberg, A., Schütze, M., Lapidus, L., Hulthén, L., & Björkelund, C. (2008). Diet, obesity and obesogenic trends in two generations of Swedish women. European journal of nutrition, 47(8), 424.
Swartz, J. (2013). Workplace stress on the rise with 83% of Americans frazzled by something at work. Corinthian Colleges, Inc.