Día tras día nos encontramos en consulta casos de personas que han fracasado con otro tipo de dietas (prescritas por nutricionistas o no) conocidas como “dietas de cajón”. ¿Por qué las dietas personalizadas funcionan mejor?

Queremos hacer esta entrada en nuestro blog para poner en relieve la importancia que tiene nuestra filosofía de hacer dietas completamente personalizadas y adaptadas a cada persona que contrata nuestros servicios, ya que es esta manera de entender la nutrición la que ha hecho que muchas de las personas que han decidido dar el cambio estén contentos y hayan mejorado su alimentación de forma permanente.

¿Qué es una dieta de cajón? Diferencia con una dieta personalizada

Seguramente muchos de vosotros os habréis hecho esta pregunta una vez que habéis empezado a leer este artículo de nuestro blog.

Una dieta de cajón es la que se entrega justo en la consulta, se tratan de dietas hechas previamente a la misma, sin tener en cuenta ninguna peculiaridad de la persona: se manda la misma dieta a todo el mundo, sin adaptarla lo más mínimo ni al objetivo, ni a los gustos, ni a los requerimientos de la persona que acaba de tener la consulta.

Como podréis entender, esta manera de entender una ciencia como la nutrición ni se corresponde con nuestra visión de la misma ni nos parece ética, ni mucho menos profesional.

Qué es una dieta de cajón y por qué es mejor una dieta personalizada

¿Por qué no funcionan las dietas de cajón y por qué si funcionan las dietas personalizadas?

Lo primero que debemos tener claro es que hay varios factores que pueden ser claves a la hora de establecer un plan nutricional con éxito.

En primer lugar, hablamos de la adherencia a la dieta, ¿qué es esto? Se trata de la facilidad y la comodidad para seguir el plan nutricional.

¿Creéis que incluir alimentos en el plan nutricional que no gustan a la persona que va a seguirlo es una buena idea para lograr mayor adherencia? ¿Creéis que incluir guisos o comidas que requieren un tiempo para cocinar en personas que no tienen o no saben puede ser algo beneficioso para mejorar este aspecto? Tajantemente no.

Un buen plan nutricional tiene que adaptarse a los gustos, hábitos y horarios de la persona que los va a seguir y no al revés. Por ello, es siempre mejor realizar un plan personalizado.

Obviamente se intentan corregir malos hábitos que no son para nada saludables en las personas que así los siguen, pero es imprescindible conocer la realidad de la misma para lograr una dieta que genere adherencia.

El segundo factor a tener en cuenta para lograr que nuestra planificación nutricional sea considerada como exitosa atiende a cuestiones más profesionales y es adaptar la dieta a los requerimientos y el objetivo de la persona que pasa por consulta.

Al igual que sería completamente incongruente mandar el mismo medicamento a todas las personas que pasan por la consulta de un médico sea cual sea su problema, el mismo sentido tendría mandarle la misma dieta a todo el mundo.

Dietas para perder grasa corporal, para aumentar masa muscular, para intolerancias o alergias, para niños… existen multitud de situaciones diferentes y cada una de ellas requiere una estrategia nutricional específica (dieta personalizada).

Aunque compartan el objetivo, cada persona tiene un gasto energético y un requerimiento de nutrientes específico que depende de varios factores: edad, sexo, actividad física, situación fisiológica… por lo que mandar la misma dieta a dos personas diferentes (dieta de cajón) no solo podría hacer que no se llegase al objetivo, incluso existe la posibilidad de comprometer el estado de salud de la persona que sigue dicha planificación nutricional.

El tercer y último factor que hará que nuestra dieta sea todo un éxito será el aprendizaje que se dé durante la misma, lo que también se conoce como la reeducación nutricional y que evitará que aparezca el famoso y temido efecto rebote.

Lo ideal una vez que el nutricionista deje de pautar la alimentación es que se pongan en práctica los conocimientos adquiridos durante el proceso para que el objetivo que hemos conseguido se mantenga durante el tiempo:

“Aprende a comer y dejarás de hacer dieta para siempre”.

Si una vez que dejamos de ir al dietista-nutricionista volvemos a comer como lo hacíamos antes de ir, inevitablemente volveremos al punto de partida en el que nos encontrábamos cuando tuvimos la primera consulta.

Las dietas de cajón no te enseñan a comer, se limitan a darte las pautas que tienes que seguir para lograr tu objetivo, lo que hará que el efecto rebote sea mucho más común que en el caso de seguir una dieta pautada específicamente para nosotros.

“Pues yo hice la dieta de mi vecina y me funcionó” ¿dieta personalizada?

Por qué las dietas personalizadas se adaptan a cada persona

Aunque hayas podido perder peso gracias a una dieta genérica o de cajón ya hemos visto que no es lo más recomendable, ni para mantener esos logros a largo plazo ni para tu estado de salud.

Si tenemos en cuenta solo las calorías de un plan nutricional (sin contar el aporte de macros y micronutrientes, algo completamente irresponsable y poco profesional), puede darse una pérdida de peso en el caso de que haya un déficit calórico, pero podemos incurrir en el error de que este déficit sea demasiado agresivo y acarrear problemas asociados como cansancio, descanso inadecuado o un mal rendimiento a la hora de realizar ejercicio físico.

Pongamos un caso práctico para que lo entendamos mejor, solo teniendo en cuenta las kilocalorías totales, algo que como ya hemos dicho no es lo único que debe tener en cuenta una buena planificación nutricional.

Imaginemos que tenemos 3 personas diferentes que buscan perder peso en forma de grasa corporal, para lo que es necesario un déficit calórico o lo que es lo mismo, consumir menos calorías de las que gastamos.

El primer sujeto (Juan) tiene un gasto energético (que como ya hemos dicho, depende de varios factores: peso, edad, altura, sexo…) total de 2500 kcal al día, el segundo (María) 2000 kcal diarias y el último (Ana), de 1500 kcal.

Para una dieta de cajón que tenga 1500 kcal diarias, nos encontramos tres escenarios diferentes:

  1. En primer lugar, Juan (gasto de 2500 kcal) tendrá un déficit calórico muy agresivo (-1000 kcal) que podría provocar los efectos secundarios que hemos dicho: cansancio, baja productividad y rendimiento, etc. Aunque pierda peso, lo normal es que la adherencia a este tipo de planes nutricionales no sea la correcta, ya que lo más probable es que pase hambre, ya que no se están tomando las kcal necesarias para que Juan lleve a cabo sus actividades diarias.
  2. En segundo lugar, María (gasto de 2000 kcal) tendrá un déficit calórico menos agresivo que podría llegar a ser el correcto para lograr su objetivo (-500 kcal). Aunque la adherencia al plan sea mínima (no se incluyen los alimentos que le gustan o que se adaptan a sus horarios), el ritmo de pérdida de peso puede hacer que llegue a su objetivo de pérdida de grasa.
  3. En tercer lugar, Ana (gasto de 1500 kcal), no tendrá un déficit calórico, el balance será neutro y no se llevará a cabo una pérdida de peso tras el seguimiento de la dieta. La dieta no será ni útil ni efectiva para Ana, estará perdiendo el tiempo si lo que quiere es perder grasa corporal.

Aunque son ejemplos de sujetos completamente inventados, nos sirve para ilustrar un posible escenario de las famosas dietas de cajón, para nada personalizadas con diferentes tipos de personas que se disponen a seguirlas.

En definitiva, ¿Por qué debemos elegir una dieta personalizada cuándo vamos al nutricionista?

las dietas personalizadas son siempre la mejor opción para nutricionista dietista

El objetivo de este post es poner de manifiesto la importancia de seguir planes nutricionales adaptados, personalizados y únicos para cada situación, objetivo y hábitos.

Os animo a que si acudís al nutricionista y os dan una dieta de cajón, dejéis de acudir a ese “profesional” inmediatamente, ya que podría provocar un problema para vuestra salud, además de no conseguir vuestro objetivo.

Desde Nutrygente llevamos al siguiente nivel la nutrición personalizada, creemos que cada persona que se pone en contacto con nosotros debe tener una dieta completamente personalizada, nuestros nutricionistas no hacen dos planificaciones iguales, adaptamos las dietas a los gustos, objetivos, horarios y hábitos.

Recordad que:

Debe ser la dieta la que se adapte a la persona y no la persona a la dieta.

Si decidís dar el paso para iniciar el cambio de nuestra mano, estaremos encantados de poder ayudaros siempre desde nuestra visión responsable y profesional de una ciencia como es la nutrición.