Tipos de vitaminas y su importancía frente a la mejoría de la COVID-19

Vitamina A

La vitamina A está presente en el cuerpo en tres formas activas: ácido retinoico, retinol y retinal. Es una vitamina fundamental debido a la función que desempeña en el sistema inmunológico (tiene un papel fundamental en la formación y diferenciación de glóbulos blancos) y su eficacia contra las infecciones.

Una ingesta adecuada de dicha vitamina optimiza la defensa del organismo contra ciertos patógenos. El mecanismo que se encuentra detrás del efecto protector de la vitamina A contra patógenos consiste en la regulación de los componentes específicos de la inmunidad innata en células sanas y en la lucha contra la infección viral, por lo que podría ayudar a combatir infecciones causadas por SARS-CoV-2.

En relación a esto último, en la actualidad se siguen realizando ensayos clínicos para establecer el papel de la vitamina A contra el coronavirus.

Vitaminas del grupo B

Estas vitaminas se encargan, entre otras funciones, de regular la respuesta inflamatoria. Participan como cofactores en varias reacciones celulares y median en la síntesis de aminoácidos, unidades básicas estructurales de anticuerpos y citoquinas.

Hay diferentes tipos de vitamina B y cada una de ellas tiene una función que juega un papel importante en la inmunidad para combatir infecciones.

La vitamina B2 o riboflavina actúa en los procesos metabólicos de producción de energía.

La vitamina B3 mejora la destrucción de Staphilococcus Aureus por regulación positiva de genes específicos.

La forma activa de B6 se involucra en el metabolismo de los macronutrientes y también en varias reacciones del organismo.

En cuento a las vitaminas B6, B9 (también llamada ácido fólico) y B12, se encargan de mejorar la actividad de las células natural killer que proporcionan una importante defensa antiviral.

Las evidencias actuales sobre las vitaminas del grupo B sugieren que dichas vitaminas tienen potencial para limitar las complicaciones asociadas al COVID-19 en relación a su papel en la regulación de la respuesta inflamatoria, síntesis de aminoácidos y proliferación de linfocitos.

Vitamina C

La vitamina C o ácido ascórbico tiene un papel importante en la síntesis de colágeno (componente del tejido conectivo) y también tiene un gran poder antioxidante. Es su función antioxidante la que le otorga un papel importante en la defensa frente a distintas infecciones, incluyendo la provocada por el coronavirus.

Existen estudios que concluyen que la vitamina C podría tener un gran potencial para disminuir la vulnerabilidad frente a las infecciones del tracto respiratorio inferior, incluso pudiendo a ser recomendable una suplementación en esta vitamina como terapia frente al COVID-19.

Como en todos los casos que hemos comentado anteriormente, es necesario llevar a cabo más estudios sobre dicha suplementación para sacar conclusiones claras con respecto a la misma.

Vitamina D

La vitamina D tiene un papel dual en nuestro cuerpo actuando como nutriente y como hormona.

Esta se puede adquirir mediante la dieta, aunque es la única vitamina que se produce cuando la piel se expone directamente a la luz solar. La vitamina D estimula el crecimiento y maduración de muchas células, incluyendo células inmunitarias, y tiene gran importancia en las funciones de defensa de nuestro organismo.

Una causa común de la deficiencia de esta vitamina es la falta de exposición al sol, viéndose que la mayoría de las personas de edad media/avanzada con COVID-19 tenían niveles bajos de vitamina D.

Por ello, recientes informes de investigación destacan el papel de esta vitamina como un potente inmunomodulador para combatir el coronavirus. Se sugiere que una dosis oral de 200000-300000 IU y otros micronutrientes podría fortalecer el sistema inmune contra el COVID-19.

En relación al sistema inmune, la vitamina D podría controlar la tormenta de citoquinas. La respuesta inmune innata produce citoquinas inflamatorias contra infecciones virales, incluyendo COVID-19. Estos hallazgos sugieren que la suplementación de vitamina D puede ser útil para el manejo de esta nueva enfermedad viral.

Nutricionistas advierten de la importancia de la vitamina d para luchar contra el covid-19

Vitamina E

La vitamina E es una de las vitaminas más importantes para el mantenimiento del sistema inmune. Su actividad como antioxidante protege a las membranas celulares del daño de los radicales libres.

También se ha estudiado que la vitamina E juega un papel importante en la mejora de la producción de natural killers e interleucinas. Por otro lado, contribuye significativamente a la proliferación de linfocitos y provoca una fuerte reacción inmunitaria contra los patógenos. Estos aspectos apuntan que el uso terapéutico de la vitamina E podría usarse contra COVID-19.

Cómo las vitaminas pueden ayudar a la mejoría del COVID-19

En estos artículos de nuestro blog hemos hablado sobre los minerales y vitaminas que parecen ser más beneficiosos contra el COVID-19, así como comentado algunos micronutrientes como la vitamina C, D y el zinc, cuya suplementación podría ser de ayuda contra el virus.

En cuanto a la suplementación, es importante no confundir la que se da con motivo de una infección por el virus con respecto a la que se administra a una persona en el caso de que sufra algún déficit nutricional, ya que tienen distinta naturaleza.

Es importante mantener un estado nutricional correcto de cara a mejorar nuestras defensas frente al virus, ya que un déficit nutricional o un estilo de vida poco saludable (obesidad o sedentarismo), puede empeorar nuestra respuesta inmunitaria frente al COVID-19.

Por eso, desde Nutrygente siempre recomendamos ponerse en manos de especialista en Nutrición y Dietética de cara a elaborar un plan personalizado que se ajuste a tus necesidades y gustos.

Los estudios existentes respecto a la población y el coronavirus, destacan la importancia de evaluar el estado nutricional de las personas para identificar posibles factores de riesgo de infecciones virales.

Es por esto que se sugiere hacer una evaluación dietética en pacientes con COVID-19 con el fin de ayudar a mejorar el resultado del tratamiento.

Por último, cabe destacar que en la actualidad hay algunos micronutrientes de los cuales todavía no se conoce su efecto directo sobre el SARS-CoV-2 y que la mayoría de los ensayos clínicos que evalúan estos micronutrientes siguen en desarrollo, por lo que los resultados aún no están disponibles o no son concluyentes.

Como hemos comentado durante ambos artículos, es necesario llevar a cabo más estudios para poder determinar el papel directo que tienen los micronutrientes y la suplementación con los mismos en SARS-CoV-2, pero sí podemos concluir que un estado nutricional óptimo (sin déficits nutricionales) podría mejorar nuestra defensas frente a dicha enfermedad.

Bibliografía

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