¿Qué es la dieta baja en FODMAP?
En este nuevo artículo de nuestro blog os traemos información basada en evidencia científica acerca de las dietas bajas en FODMAP, la principal estrategia nutricional empelada para el tratamiento de los síntomas de diversos trastornos digestivos.
Existen diversas enfermedades funcionales que afectan al tubo digestivo y la mayoría de ellas tienen algo en común: su sintomatología se ve reducida de cierta forma por las dietas bajas en FODMAP. Como son trastornos cada vez más frecuentes en la población, hemos decidido hacer un resumen de la evidencia científica actual en este post.
¿Qué son las dietas FODMAP?
Cuando hablamos de dietas FODMAP, nos referimos a dietas con baja cantidad de FODMAP, pero, ¿qué significa exactamente esta palabra?
Se trata de la abreviatura en inglés de “Fermentable, oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and polyols” o llamados en su conjunto como azúcares fermentables.
Entre estos azúcares podemos mencionar: fructanos, galacto-oligosacáridos, fructosa, lactosa y polioles (sorbitol, manitol, maltitol, xilitol…). Estos están presentes en muchos de los alimentos de origen vegetal y siguen una relación dosis-dependiente (a mayor ingesta, más síntomas)
Estos carbohidratos pueden pasar directamente al colon sin ser absorbidos en el intestino delgado, induciendo una producción de gases durante su fermentación por el microbiota intestinal y aumentando la presión osmótica. En personas sin problemas digestivos esto no supone un problema, pero las personas con trastornos de este tipo presentan hipersensibilidad visceral, lo que provoca síntomas como diarrea, distensión abdominal, dolor abdominal, gases, etc.
¿Qué fases sigue una dieta FODMAP?
Una dieta baja en FODMAP implica una restricción global de FODMAP severa durante 6-8 semanas (< 3g/día) hasta el alivio de los síntomas.
Se considera que una comida es baja en FODMAP cuando se consume <0,5g por ingesta. A partir de aquí, se hará una lenta y progresiva reintroducción de alimentos por grupos de alimentos según tipo y contenido de FODMAP, lo que variará según la tolerancia individual de cada persona. Es decir, primero introducir solo alimentos con fructosa, posteriormente con lactosa, seguir con los ricos en fructanos y así de manera sucesiva. Esto permitirá tener una dieta totalmente adaptada, la cual se podrá implementar durante un largo plazo.
Si se volviera a tener síntomas, se deberá someter de nuevo a una restricción severa de FODMAP, hasta que los síntomas se alivien. Esto se puede ver mejor en el siguiente esquema:
¿En qué patologías está recomendado este tipo de dietas?
Este tipo de estrategia nutricional está recomendada en todas aquellas patologías que se engloban dentro de lo que se conoce como “Trastornos funcionales intestinales”, que son un grupo heterogéneo de síndromes que afectan al sistema digestivo, cursando con características similares como: hipersensibilidad visceral, motilidad gastrointestinal, alteración de la microbiota intestinal, hinchazón, gases, dolor abdominal, etc. Se trata de enfermedades crónicas, y sus síntomas van y vienen en periodos no definidos, no teniendo causa orgánica conocida.
Las más comunes son:
- Síndrome del intestino irritable
- Síndrome de malabsorción: a la lactosa y/o fructosa y sorbitol
- Estreñimiento y diarrea funcional
- Distensión abdominal funcional
La dieta FODMAP ha resultado ser una estrategia dietética eficaz para el tratamiento de los síntomas de este tipo de patologías.
¿Qué alimentos están aconsejados y desaconsejados en una dieta baja en FODMAPs?
Recuerda, que estas tablas son orientativas, y que el consumo de los alimentos dependerá de la tolerancia y sintomatología individual.
¿Se deberían restringir todos los alimentos? ¿o solo unos pocos?
Estas patologías siguen unas normas específicas en cada individuo, de manera que por lo general siempre va a haer algún grupo de alimentos específico que te cause mayor malestar que otro, en función de la sensibilidad del organismo. Los síntomas y los alimentos asociados a estos, serán individuales en cada caso.
Lo ideal es restringir aquellos alimentos que te causen malestar. En la fase de reintroducción, se añadirán alimentos de uno en uno, y de esta forma será posible identificar aquellos alimentos que causen síntomas.
Recomendaciones y consejos en una dieta baja en FODMAP
- Elabora un diario dietético donde apuntes todo lo que comes y los síntomas de dicho día, tanto la frecuencia como la intensidad.
- No intente imitar las dietas bajas en FODMAPs de otras personas con otras patologías. No todas las personas somos iguales, y la tolerancia a los alimentos varía unas a otras.
- En base al diario dietético y las experiencias, elabore una lista de alimentos restringidos y permitidos para su caso.
- Revisa detalladamente las etiquetas de alimentos y medicamentos cuando se encuentre en la fase de restricción severa de FODMAPs.
- Solicite controles médicos para ver posibles deficiencias nutricionales que puedan ser paliadas con suplementación nutricional.
- Contrate los servicios de un dietista-nutricionista que le paute este tratamiento dietético. Si se trata de un caso de atención nutricional especial (embarazo, niños, enfermedades crónicas…) sigue la dieta solo bajo supervisión de un dietista-nutricionista con experiencia en este campo.
Educación nutricional en dietas bajas en FODMAPs
Se trata de planes dietéticos restrictivos con una baja adherencia. Para ello es indispensable la educación nutricional sobre el tema, para que la persona pueda llevar su dieta por sí misma e identifique posibles errores en la misma. Esta educación nutricional debe ser realizada por profesionales cualificados como dietistas-nutricionistas, los cuales te indicarán las pautas a seguir y harán que el comienzo de esta nueva dieta sea mucho más fácil.
Después de haber revisado la evidencia científica disponible podemos concluir que la dieta baja en FODMAP es una buena estrategia dietética para el tratamiento de los síntomas digestivos, a pesar de la complejidad de cada enfermedad. Sin embargo, esta dieta no es la misma para todas las personas, ya que afecta de manera muy individualizada, haciendo que la estrategia dietética de dos personas con dichos síntomas sea diferente. Por ello, es necesario el servicio de un dietista-nutricionista que permita la personalización de la dieta a las necesidades del paciente.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a informarte sobre la dieta baja en FODMAP y su repercusión en el síndrome del intestino irritable. Si tienes cualquier duda sobre el tema o te gustaría que uno de nuestros dietistas-nutricionistas pudiera planear tu estrategia nutricional, estaremos encantados de poder ayudarte respondiéndote un comentario en este artículo o contactando con nosotros.
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