Seguramente conocéis algún caso de alguien que haya decidido cambiar su alimentación pero que no haya logrado los objetivos que perseguía inicialmente: estéticos, rendimiento, salud… Es por eso que hoy os traemos un artículo diferente, en el que trataremos las posibles causas por la que tu dieta no esté funcionando como esperabas.

Un plan nutricional puede no tener éxito por muchas causas, derivadas de nosotros mismos, del plan nutricional… Vamos a hacer un repaso de todas ellas de cara a que os pueda servir para identificar posibles conductas poco beneficiosas si queremos lograr un objetivo concreto.

Estar a dieta no es igual a sufrimiento

Uno de los conceptos que muchas personas tienen arraigados en su pensamiento es que “ponerse a dieta” es sufrir: pasar hambre, comer comida insípida y que no gusta, dejar de tener vida social… Es una de las primeras tareas que tratamos de desmitificar en consulta: se puede intentar cambiar la alimentación de una persona y que disfrute del proceso.

De hecho, el objetivo prioritario de todo nutricionista debe ser hacer que esta transición sea lo más fácil y apetecible posible, ya que esto hará que los hábitos (y resultados) que se adquieran durante este cambio se puedan mantener en el tiempo (incluso ir mejorando).

Dieta no es igual a sufrimiento

Las dietas generales y poco personalizadas no funcionan

Recibimos muchas personas en consultas que han hecho “dietas” que han sido prescritas para otras personas, dietas cogidas de internet o directamente recomendaciones médicas que dejan bastante que desear y que distan mucho de lo que se considera una dieta saludable.

El factor común de todas ellas es que no se trata de planes nutricionales personalizados, no se adaptan a nada en la personas que los está siguiendo: ni a sus gustos, ni a sus horarios, ni a su disponibilidad, ni al tiempo que tienen para preparar las comidas, ni a la actividad física que hacen, ni a los requerimientos nutricionales de la misma (que se trata del factor más grave, ya que puede incurrir en ciertos déficits que afecten a la salud).

Una de las cosas que debemos tener en cuenta los nutricionistas en consulta es que trabajamos con personas, y estas personas son completamente diferentes las unas de las otras: no todo el mundo tiene la misma actividad física diaria, los mismo gustos, el mismo peso, el mismo objetivo, el mismo dinero para gastar en comida, la misma situación fisiológica, etc.

Las dietas personalizadas funcionan

Si queremos que el plan nutricional sea fácil de seguir, se disfrute del proceso de cambio y que los hábitos adquiridos durante el mismo se mantengan en el tiempo, lo primero que debemos tener en cuenta es que tenemos que adaptarnos a la realidad de la persona. Sin este paso, que es imprescindible, el porcentaje de éxito que tendrá dicho plan nutricional será mucho menor a corto, medio y sobre todo a largo plazo.

Estar a dieta no debe ser sólo en fechas concretas

Si pensamos que un plan nutricional es una guía que debemos seguir durante un periodo de tiempo determinado, para luego volver a hacer lo que veníamos haciendo anteriormente, estamos destinados a vivir en un ciclo de dietas y descanso de las mismas permanente, con el desgaste psicológico y para la salud que esto tiene.

¿Existe un periodo mejor que otro para estar a dieta? No, lo que debemos es realizar un cambio continuo en el que adquirimos hábitos que intentaremos replicar el resto de nuestra vida. Lo ideal es que, gracias a este tiempo de aprendizaje, podamos desenvolvernos cuando acabemos este tiempo de dieta, seamos autónomos para llevar una correcta alimentación que nos permita mantener (incluso mejorar) los resultados que hemos ido obteniendo.

¿Son mejores las dietas flexibles o estrictas?

Al igual que el hecho de comer un día de forma saludable no hace que tu estilo de vida sea perfecto, también ocurre de forma inversa: porque un día seamos “más flexibles” en nuestra alimentación no vamos a tirar por tierra todo el trabajo que estamos haciendo el resto de la semana.

Poniendo un ejemplo para entenderlo mejor: ni una persona que come todos los días a base de ultra procesados por comerse un día una ensalada pasa a tener una alimentación saludable, ni en el caso de una persona que se cuida que un día come algo que entendemos como “poco saludable” ha empeorado su alimentación durante toda la semana.

Aunque sean dos ejemplos un poco extremos, sirve para explicar este concepto. Es obvio que mientras más podamos seguir el plan nutricional, seguramente mejores resultados podamos obtener, pero si un día nos es imposible hacerlo por cualquier motivo, no tenemos que sentirnos culpables ni pensar que todo está perdido.

Dietas estrictas vs dietas flexibles

Pensar que los resultados de estar a dieta solo se ven en el peso

Vivimos en una sociedad que peca de “pesocentrista”, es decir, que piensa que todo resultado viene determinado por tu peso, cuando este es solo un indicador más que tenemos para saber cómo está funcionando este proceso de cambio propuesto.

Al igual que el peso, podemos tener muchos más indicadores que podemos agrupar en dos tipos:

  • Medibles de forma numérica: peso corporal, porcentaje de grasa, perímetros corporales…
  • No medibles o subjetivos: rendimiento a la hora de hacer deporte, mejores digestiones, descanso más reparador, sensación de ligereza, descubrir nuevos alimentos y sabores…

En la mayoría de los casos, cuando hablamos de un plan nutricional exitoso, estos indicadores tanto en su totalidad se ven mejorados, pero es importante valorarlos todos en función del objetivo y el contexto que tenga una persona, no solo quedarnos con uno (el peso o cualquier otro)

Por poner un ejemplo, una bajada en el peso puede ser positiva en una persona que quiere bajar de grasa corporal, pero puede producirse una pérdida de peso a partir de masa muscular en personas que no han podido entrenar, lo cual no sería para nada beneficioso. Es importante analizar cada caso, el contexto y todos los indicadores: objetivos numéricamente y subjetivos.

El peso como indicador de que la dieta funciona

Ya sabemos por que no funciona la dieta

Podemos decir que la clave para que un plan funcione, tenga resultados y estos se mantengan (incluso mejoren) con el tiempo es que esta dieta sea personalizada, es decir que esté adaptada a nuestro objetivo y situación.

Huye de las dietas de cajón, de planes impresos para todo el mundo igual y busca nutricionistas que te guíen en el proceso, valoren no solo tu peso y presten atención a tus sensaciones con el plan nutricional: si pasa hambre, si te resulta fácil de seguir, si te gusta la comida, si te sienta bien…

Una dieta debe ser visto como un cambio de hábitos a largo plazo para que funcione

Es por todos estos motivos que en Nutrygente tenemos un enfoque de la nutrición completamente personalizado y buscamos que todos nuestros planes cumplan con lo anteriormente expuesto para que logréis vuestro objetivos, exista un cambio real de hábitos y se disfrute durante el proceso

Esperemos que este post os haya ayudado a resolver algunas dudas acerca de los factores que se deben tener en cuenta para llevar a cabo una dieta correctamente y que esta sea un éxito. Si tenéis cualquier tipo de pregunta estaremos encantados de poder ayudaros y recuerda que podrás contar con nuestros nutricionistas en Málaga o en Sevilla así como con nuestra asesoría online.